Las prospecciones arqueológicas señalan la restricción del espacio urbano de Confloenta desde el s. V hasta el siglo VII d.C. A esta ocupación tardo antigua, de época visigoda, pertenece el uso de la necrópolis situada al norte de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, de estilo románico, levantada siglos después del uso de esta necrópolis. Este dato nos plantea la posibilidad de que este último templo tenga su origen en una iglesia visigoda aún no identificada. La necrópolis, a su vez, se coloca sobre la ruina de una villa romana suburbana.
La necrópolis de Duratón, en uso entre el último tercio del siglo V y el siglo VII d.C., constituye el cementerio tardo antiguo más notable documentado en Hispania. Probablemente los enterramientos de esta necrópolis corresponden a la población tardo antigua hispanorromana de Duratón, aunque quizás esté también presente algún elemento de etnia goda.