Tras el periodo visigodo el sitio de Duratón es abandonado, existiendo un vacío documental durante la etapa islámica, momento en el que el lugar parece estar ya despoblado. Esta falta de datos se prolonga hasta el siglo XII, cuando el pueblo de Duratón es mencionado por primera vez en los documentos. En el siglo XIII se cita ya la parroquia de "Sancta Maria de Duraton", de cierta pujanza económica, en la Comunidad de Villa y Tierra de Sepúlveda.

En las últimas décadas del siglo XII se inician las obras de la cabecera de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, obras que debieron prolongarse hasta el primer tercio del siglo XIII, cuando se construyó la galería porticada en su lado sur. Cegados los arcos de esta galería en la etapa moderna, la restauración del templo en los años 1970, ha permitido redescubrirla, permitiendo la recuperación de gran parte de la fachada original. Con esta restauración también fue retirada la sacristía que se adosaba al exterior del ábside.

 

El templo tiene planta basilical, con cabecera dividida en ábside y presbiterio. El primero, levantado en buena sillería, está cubierto con bóveda gallonada, cuyos nervios generan tres paños en la bóveda y el muro, apoyando en gruesas columnas, correspondidas al exterior con sendos contrafuertes prismáticos, que enmarcan las tres ventanas saeteras abocinadas con arcos lisos que descansan sobre columnillas monolíticas al interior y exterior.

El presbiterio es de planta ligeramente trapezoidal, cubierto con bóveda de crucería, elevada sobre la del ábside. Presenta muros laterales con dos arcos de medio punto apeados en columnillas acodilladas. Al presbiterio se accede por un gran arco triunfal, que descansa sobre gruesas columnas con bases áticas y plinto, arco levemente apuntado y doblado hacia la nave por otro abocelado que reposa en columnillas acodilladas.

 

La nave presenta simple fábrica de calicanto, con una ventana rasgada con arco de medio punto apeado en columnillas en el hastial occidental, y el añadido de dos ventanas neorrománicas en el meridional. Varios detalles arquitectónicos llevan a plantear que estuviera prevista en origen una cubierta con bóveda de crucería en cuatro tramos, pronto sustituida por techumbre en carpintería de armar a dos aguas. Al exterior los aleros ofrecen una rica colección de canecillos. La nave presenta puertas en los muros occidental y meridional.

 

Las fachadas occidental y meridional quedan envueltas por la galería porticada. La portada principal, en el lado sur, no se encuentra completamente alineada con la puerta de la nave, presenta arco polilobulado y dos arquivoltas decoradas. Este desvío en la alineación de las dos puertas posiblemente sea consecuencia del espacio necesario para colocar los arcos del atrio, quedando la puerta entre seis arcos de medio punto a la izquierda y otros cuatro a la derecha, que descansan sobre dobles columnas de fustes pareados sobre basas áticas y finos plintos. Las puertas occidental (reconstruida) y oriental presentan también arcos lisos de medio punto y arquivoltas achaflanadas.

 

En la etapa barroca se añadió la torre de mampostería adosada al hastial occidental, con piso alto en sillería, cuatro troneras y quiebro de la escalera sobre trompa.